El Espíritu Santo en nosotros

La gracia

[capítulo 6 Royo Marín]

Qué es la gracia

Es un don sobrenatural infundido por Dios en nuestras almas para darnos una participación verdadera y real de su propia naturaleza divina, para hacernos hijos suyos y herederos de la gloria.

Es un don, un regalo totalmente gratuito de Dios.
Nos hace verdaderos hijos de Dios. La gracia santificante nos hace participantes de la naturaleza misma de Dios. Sin esta participación seríamos sólo criaturas de Dios, pero no hijos suyos. Así, por ejemplo, un escultor que esculpe una estatua no es el padre de ella,sino unicamente su autor. En cambio, los padres nos transmitieron su propia naturaleza humana. La escultura no es humana! De la misma forma, cuando tenemos la gracia, somos hijos de Dios. Podríamos decir que la gracia es una transfusión de sangre divina en nuestras almas.
La gracia nos hace herederos de la gloria. La gracia es como el cielo en potencia. Santo Tomás dice “La gracia no es otra cosa que un comienzo de la gloria en nosotros”. La gracia nos hace merecedores del cielo.

Efectos de la gracia

Nos diviniza. Cuidado, no nos vuelve dioses! Seguimos siendo humanos. Una persona en gracia es como un hierro metido en un horno a alta tempreatura: El hierro se pone incandescente como el fuego, adquiere propiedades del fuego, pero no se hace fuego
Nos infunde las virtudes y los dones del Espíritu Santo

Dame tus ojos, quiero ver

Los dones del Espíritu Santo

Capítulos 8 a continuación, Royo Marín

Temor de Dios

Hay distintos “niveles” de temor.

Temor mundano. Un temor hipócrita. Peco para pecar bien con los hombres, entonces temo más a los hombres que a Dios.
Temor servil malo. La persona con este temor dice “si no hubiera infierno, pecaría”. Este temor es pecaminoso, porque esta persona ama el pecado,y sólo evita pecar por temor al castigo, no a Dios.
Temor servil simple. Está mezclado el temor al castigo de Dios y el deseo de no ofender a Dios por amor a él.
Temor filial imperfecto. No teme el castigo sino que teme separarse de Dios, a quien ama como a un padre.
Temor filial perfecto. Es el temor propio de un hijo amoroso que no desobedece a su únicamente padre para no disgustarle, aunque no hubiera amenaza que temer. Es el temor de quien dice: “Aunque no hubiera cielo, yo te amaría, aunque no hubiera infierno, te temería”

Pasamos de “Si no hubiera infierno, pecaría”, a “Si no hubiera cielo, igual te amaría”

El don del temor de Dios nos aparta del pecado y nos hace dóciles a su voluntad.

Fortaleza

Robustece nuestras almas para practicar virtudes heroicas con invencible confianza en superar los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. Actúa en nosotros como de manera instintiva, para resolver situaciones que se presentan de manera rápida. Este don se manifiesta (en extremo) en los héroes y los mártires, y también en enfrentar dificultades de diversos tipos que se nos presentan cada día.

Efectos del don de la fortaleza:

Proporciona al alma una energía inquebrantable (en los casos de algunos santos, sobrehumana) en la práctica del bien.
Nos da fuerza para buscar a Dios, elimina la tibieza de nuestros corazones.
Hace al alma intrépida y valiente ante toda clase de peligros y enemigos.
Hace soportar los mayores dolores con gozo y alegría.

Piedad

Es un sentimiento filial hacia Dios y un sentimiento de fraternidad universal para con todos los hombres. Es decir:

Siento que Dios es mi papá
Siento que el resto de las personas son mis hermanos (todas)

Consejo

Es una intuición inspirada por Dios, un instinto. No se trata de aconsejar bien al otro, sino de ser aconsejado por el Espíritu Santo. Es como si fuera un acto reflejo, pero en vez de muscular, espiritual. Este don actúa en los sacerdotes cuando tienen que improvisar una homilía, por ejemplo.

Ciencia

Nos permite ver a Dios en la naturaleza
Nos muestra la relación entre lo sobrenatural y lo físico

Entendimiento

Intuición respecto de las cosas reveladas.

Guía la interpretación de las sagradas escrituras y de la revelación
Por medio de este don, los conceptos que te explicamos en catequesis los incorporás a tu fe: los entendés.

Sabiduría

Nos brinda una manera de pensar más similar a la de Dios. Los santos “todo lo ven desde las alturas”. Ellos ven la acción de Dios claramente, ven desde los ojos de Dios.