El bautismo

Empezamos leyendo Mt 28, 16.

Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».

Jesús es el que instituyó el bautismo, y Jesús es el que le ordena a la Iglesia bautizar a todos.

Efectos del bautismo

El bautismo nos borra el pecado original [CEC 1263, 1264]

Usamos una madera y un clavo para representar la metáfora a continuación.

  1. Tenemos una maderita perfecta y lisa. El hombre era así al princípio: puro, bueno y perfecto.
  2. Luego el hombre pecó: cometió el pecado original (se clava el clavo en la maderita). Así nacemos todos, con el pecado original. ¿Qué cosas malas tiene un bebé? Un bebé hace caca, juega a revolear cosas, no duerme nada… Todas estas cosas que nos parecen “malas” son incluso tiernas, graciosas; pero el pecado original no. El pecado original es un clavo clavado en el corazón, una cosita muerta que tienen adentro. Esto es grave y por esto es urgente bautizar a los niños. Todos los niños nacen así, es como si fuera un defecto de fábrica.
  3. El bautismo remueve el pecado original y nos da el perdón de todos los pecados. Arrancamos el clavo, pero queda el agujerito. El pecado nos es perdonado, pero permanecen las consecuencias temporales del pecado, como por ejemplo:
    • Los sufrimientos
    • La enfermedad
    • La muerte
    • Las fragilidades inherentes a la vida como por ejemplo las debilidades de caracter.
    • La concuspiscencia: Las ganas de pecar. En Adán y Eva, todos le agarramos el gustito al pecado, y entonces queremos más.

En el bautismo recibimos la gracia santificante [CEC 1265-1266]

El bautismo nos hace creaturas nuevas. Nos brinda la gracia, con las consecuencias que ya vimos. Por este motivo, nos brinda las virtudes teologales y morales, y los dones del Espíritu Santo:

Virtudes teologales: Son las que nos sirven para caminar hacia Dios.

  • Fe
  • Esperanza
  • Caridad

Dones del Espíritu Santo:

  • Temor de Dios
  • Fortaleza
  • Piedad
  • Consejo
  • Ciencia
  • Entendimiento
  • Sabiduría

Virtudes morales: Nos impulsan a hacer el bien.

  • Prudencia
  • Justicia
  • Fortaleza
  • Templanza

El bautismo nos hace parte de la Iglesia e hijos adoptivos de Dios [1267 a 1270]

Por el bautismo, todos los bautizados somos parte de la Iglesia. Esto implica que somos hijos adoptivos de Dios y que además somos hermanos. Ser hijo de Dios implica que el bautismo nos hace sacerdotes, profetas y reyes. El Bautismo hace participar en el sacerdocio común de los fieles.

Cristo te ha regalado una nueva vida que proviene del agua y del Espíritu Santo. Que él te unja como sacerdote, para que te dejes penetrar por el amor de Dios; como rey, para que vivas como persona libre en la conciencia de tu dignidad divina; y como profeta, para que anuncies la Palabra que Dios quiere hacer resonar en este mundo precisamente por medio de ti [Fuente: El Bautismo, Anselm Grün]

Ser parte de la Iglesia es hermoso y es un compromiso . Es hermoso porque podemos recibir los sacramentos, que nos infunden la gracia y nos acercan a Dios. Es un hermoso compromiso porque pertenecer a la Iglesia implica que yo busco y quiero esa vida que nos trae Jesus, que frecuento los sacramentos y la misa”.

1270 Los bautizados “renacidos [por el bautismo] como hijos de Dios están obligados a confesar delante de los hombres la fe que recibieron de Dios por medio de la Iglesia” (LG 11) y de participar en la actividad apostólica y misionera del Pueblo de Dios (cf LG 17; AG 7,23).

Celebración del bautismo [1234 a 1249]

  • Anuncio de la palabra: Lo que vamos a aceptar
  • Exorcismos: El que va a ser bautizado afirma que rechaza el pecado y el diablo
  • Consagración del agua: Si es necesario, se bendice el agua a utilizarse en el bautismo
  • El bautismo propiamente dicho: O bien se sumerge al bautizado o bien se derrama agua bendita sobre su cabeza. No se le arrojan gotitas (aspersión). Al mismo tiempo, se dice “Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
  • Unción: Significa la imborrabilidad del bautismo y anticipa la confirmación. La confirmación consiste en “completar” el bautismo.

¿Cuándo se recibe el bautismo? [1246 a 1252]

La pueden recibir los niños, porque los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después de su nacimiento. En el caso de los niños, existe el compromiso por parte de los padres y de los padrinos de darle la catequesis cuando crezca.

La pueden recibir los adultos, con una formación previa, para que los que se bautizan sepan exactamente qué están recibiendo.

¿Quién puede bautizar? [1256]

  • Sacerdotes
  • Diáconos (es un grado previo al sacerdocio)
  • Cualquier persona (en caso de necesidad):
    • Llamado “Agua del socorro”, es un “bautismo de emergencia”
    • Debe haber un riesgo a la vida del niño (o del adulto que se quiere bautizar), y ningún sacerdote o diácono que pueda bautizarlo antes de que muera.
    • La persona que bautiza debe tener la intención de bautizar como lo hace la Iglesia.
    • Debe derramar agua (aunque sea sin bendecir) sobre la cabeza del que recibe el bautismo, diciendo al mismo tiempo “[nombre], yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, sin decir amén ni agregar más palabras. Esta es la parte inmodificable del rito.

El bautismo bajo condición

Cuando se tienen dudas respecto de la validez de un bautismo (no se sabe si el rito se hizo de forma correcta, o si había justificativos reales para realizar un bautismo de emergencia), se realiza un bautismo bajo condición. Un bautismo bajo condición es igual a uno normal, pero la fórmula se modifica, se dice: “Si estás bautizado, yo no te bautizo otra vez, pero si aún no estás bautizado [vertiendo el agua sobre la cabeza] yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”

El bautismo es imborrable y no puede administrarse más de una vez.

Es importante dejar registrado que el niño fue bautizado.

Más información respecto del agua del socorro y el bautismo bajo condición:

El bautismo y la salvación [1257 a 1261]

1257 El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf Jn 3,5). Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones (cf Mt 28, 19-20; cf DS 1618; LG 14; AG 5). El Bautismo es necesario para la salvación en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este sacramento (cf Mc 16,16). La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna; por eso está obligada a no descuidar la misión que ha recibido del Señor de hacer “renacer del agua y del Espíritu” a todos los que pueden ser bautizados. Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, sin embargo, Él no queda sometido a sus sacramentos.

Si bien el bautismo es necesario para la salvación, Dios no está limitado por sus sacramentos. Así, las personas no bautizadas todavía pueden salvarse. Una persona a la que no haya sido anunciado el evangelio y que no haya tenido la posibilidad de ser bautizada, igualmente podría salvarse si hubiera deseado el bautismo, de conocer su necesidad. Este bautismo misterioso vale también para todos aquellos que mueren deseando el bautismo aún sin tenerlo, y también para los niños muertos sin bautismo.